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Los gestos inútiles de Rey Andújar, novela antipolicial

Por Rita De Maeseneer

Université d’Anvers, Belgique


Resumen: Aunque la República Dominicana no tiene una gran tradición en el género policial, algunos autores dominicanos contemporáneos, como Rey Andújar, han incursionado en el género. En Los gestos inútiles (2015) no solo subvierte el supuesto orden inherente al género policial a nivel de contenido, estructura y personajes, sino que la crítica de la corrupción y la presencia de diferentes tipos de violencia en el (post)balaguerato neoliberal, típicas del neopolicial, están subordinadas a la disección de las psiques de los personajes en este contexto de crimen. Por tanto Andújar se apropia los elementos del (neo)policial para crear un texto antipolicial muy acorde con su poética. Palabras clave: Rey Andújar, novela (neo)policial, literatura dominicana, siglo xxi, Los gestos inútiles Résumé: Bien que la République dominicaine n’ait pas une grande tradition dans le genre policier, certains auteurs dominicains contemporains, comme Rey Andújar, ont fait des incursions dans le genre. Dans Los gestos inútiles (2015), il subvertit, au niveau du contenu, de la structure et des personnages, l’ordre qui est censé caractériser le genre policier. La critique de la corruption et la présence de différents types de violence dans le (post)balaguerato néolibéral, typiques du néopolar, sont subordonnées à la dissection des psychés des personnages dans ce contexte criminel. Ainsi, conforme à sa poétique, Andújar s’approprie les éléments du (néo) polar pour créer un texte anti-policier. Mots-clés: Rey Andújar, roman (néo)policier, littérature dominicaine, xxie siècle, Los gestos inútiles 193

Introducción Rita De Maeseneer La novela policial que en sus orígenes era un género importado y exótico en América Latina1, se ha convertido en una de las modalidades literarias más exitosas en el siglo xxi. Sobre todo es practicada la vertiente de la nueva novela negra, también llamada novela neopolicial. Frente a la novela de enigma, el crimen no es algo que tiene que ser resuelto de modo racional, sino que importa lo social. Por tanto, el enfoque se ha desplazado del orden (considerado inherente a la sociedad) a la miseria, el caos, la violencia y los bajos fondos del mundo criminal mismo, en otras palabras del detective al criminal2. En América Latina el ámbito violento y desencantado de la novela negra se relaciona a menudo con una crítica de las dictaduras, de la corrupción y del neoliberalismo. La literatura dominicana no cuenta con series de novelas protagonizadas por figuras detectivescas postcoloniales y postmodernas como Héctor Belascoarán (Paco Ignacio Tabio II) o Mario Conde (Leonardo Padura), pero algunos autores como Ángela Hernández3 o Rey Andújar han incursionado en el género. Arguyo que Andújar lleva más lejos el (neo)policial optando por lo que se ha tildado de antipolicial, ya que no solo enfatiza el contexto criminal y social, típico del neopolicial, sino que hurga sobre todo en la psique atormentada de cada personaje en este contexto de crimen. Para sustentar esta propuesta, primero comentaré la manera como se desvirtúa el supuesto orden inherente al género policial. A nivel de contenido, los elementos clásicos de la investigación como la posición del disparo, las huellas digitales o el rastreo de las llamadas se convierten en cabos sueltos sin ser investigados a fondo. No se aclara nada y siguen las preguntas y las dudas. La misma impresión de desorden y caos se destaca también en la estructura narrativa extremadamente fragmentada y en la caracterización de los mismos personajes, sumamente desnortados. Segundo, trataré el contexto político-social, una dimensión importante en el neopolicial. En el caso de Los gestos inútiles la crítica de la corrupción y la presencia de diferentes tipos de violencia urbana en el (post)balaguerato neoliberal no hacen sino intensificar la desorientación de estos personajes, central en su poética. Antes de desarrollar esta argumentación cabe esbozar brevemente el panorama dominicano y presentar al autor.

  1. 1 Para un repaso, véase Amalia S. Simpson, Detective Fiction from Latin America, Toronto, Fairleigh Dickinson University Press, 1990.

  2. 2 Francisca Noguerol Jiménez, « Neopolicial latinoamericano: el triunfo del asesino », Ciberletras, no 15, July 2006, http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v15/noguerol.html (consultado el 19 de octubre 2021).

  3. 3 Remito a la contribución de Fernanda Bustamante en este volumen. 194


Los gestos inútiles de Rey Andújar La novela policial en la literatura dominicana En el elenco del policial latinoamericano, el Caribe suele ser representado por Leonardo Padura que en los noventa empezó a tener éxito con su tetralogía Las cuatro estaciones, protagonizada por el ya mencionado policía, Mario Conde. Como es sabido, Padura se quiso distanciar de las recetas muy maniqueas y acartonadas, usadas en las novelas policiales de los setenta al servicio de la Revolución4. En la República Dominicana, el género policial entró sobre la misma época con pasitos comedidos, al igual que en Puerto Rico5. Eugenio García Cuevas facilita la siguiente información al respecto: Es sólo en las últimas décadas que se han empezado a realizar los primeros ensayos de textos policíacos, e incluso de la llamada novela negra: Arturo Rodríguez Fernández (Mutanville, 1980), Emilia Pereyra (El crimen verde, 1994), Ángel Lockward (Lucrecia, crímenes de Estado, 1999), Armando Almánzar (Ciudad en sombras. Casos del capitán Cardona, 2003), por sólo mencionar algunas referencias6. Aunque García Cuevas menciona Mutanville, este texto escrito por Rodríguez Fernández en colaboración con otros escritores, es más bien experimental, por lo que he podido averiguar. Es El crimen verde (1994) el que suele ser considerado el verdadero texto pionero del género. Esta primera novela de la periodista Pereyra (1963) sería seguida por otra novela policial, Cóctel con frenesí (2003). Aparte del policial, también publicó otros textos como Cenizas del querer (1998), un drama familiar de amores, adulterios, rupturas y muerte, situado en los años setenta en Azua, la ciudad natal de la escritora. El crimen verde se basa en hechos reales sobre el despedazamiento de un cuerpo de un extranjero. La autora, que también es periodista, tuvo acceso a los interrogatorios policiales, pero agregó muchos elementos ficticios7. Es más bien una novela negra invertida, ya que se indica desde las primeras páginas qué crimen se ha cometido y quiénes son los autores,

  1. 4 Véanse Juan Armando Epple, « Leonardo Padura Fuentes », Hispamérica, XXIV, no 71, 1995, p. 49-66 y Stephen Wilkinson, Detective Fiction in Cuban Society and Culture, Bern, Peter Lang, 2006.

  2. 5 Para Puerto Rico, véase Benjamín Torres Caballero, « Mattos Cintrón and Rodríguez Juliá: puertorriqueñidad and the P.I. », Jorge Febles (ed.), Into the Mainstream: Essays on Spanish American and Latino Literature and Culture, Newcastle, Cambridge Scholars Press, 2006, p. 215-230.

  3. 6 Eugenio García-Cuevas, « Roberto Marcallé Abreu. Novela negra y policíaca dominicana », Agulha hispánica. Revista de Cultura, 10 de junio de 2014, http://www.jornaldepoesia.jor.br/ bhah10robertomarcalleabreu.htm (consultado el 19 de octubre 2021).

  4. 7 J. H. Manzari y Emilia Pereyra, « Comenzamos a salir de la isla: entrevista con Emilia Pereyra », Confluencia, 17, no 2, 2002, p. 150. 195


Rita De Maeseneer de modo que se acerca más al modelo de howcatchthem que al whodonit. En la novela Max Meyer está resentido, porque Karl Smith no le quiere vender sus propiedades. Al tomar en serio una broma de su novia sobre un posible asesinato, Max Meyer y Bill Ryan llevan a cabo el crimen y matan a Karl Smith para hacerse con sus propiedades. A pesar de que ocultaron el delito despedazando el cadáver y echando las fundas en unos contenedores, se descubre todo y son castigados. Con el fin de responder a la característica de la novela negra que consiste en sacar a la luz la parte oscura del entramado social, se introduce al diputado Isidro Vargas, quien compra las propiedades a un precio barato, al ser embaucado por la novia de Meyer. Destituyen a Vargas, pero en el juicio lo declaran inocente, por no haber sabido nada del crimen al comprar las propiedades. Por tanto, la crítica del poder político, típica del neopolicial, es ridiculizada mediante esta figura grotesca de Isidro Vargas, gran mujeriego y hombre metido en negocios sucios que se vende al mejor postor. La problemática de los extranjeros pudientes, metonimia de la dependencia económica de la República Dominicana, constituye una aproximación interesante en el contexto dominicano. No obstante, pierde fuerza al concentrarse en un caso en el que un extranjero es asesinado por otros dos extranjeros con la complicidad de sus dos novias dominicanas, todos personajes poco elaborados. Pereyra presenta de modo caricaturesco e ingenuo a los asesinos extranjeros. Por ejemplo, no conjugan ningún verbo al hablar, como en: « No olvidarme de ti8 ». Al decir de la autora, el título se refiere al hecho de que aún no estaban dadas las condiciones para llevar a cabo el asesinato: « Por aquí decimos quecuandohacemoscosasadestiempo,quedanverdes.Deahíelcrimenverde9 ». Se podría aplicar esta expresión a la misma novela no desprovista de defectos de principiante, por muy encomiable que sea este intento. Como veremos más adelante, los mismos ingredientes de violencia, interacción entre dominicanos y extranjeros, corrupción, poder político, serán procesados de otra forma en Los gestos inútiles de Rey Andújar. Según García Cuevas, el autor más afincado en la novela negra es Roberto Marcallé Abreu (1948), Premio Nacional de Literatura en 2015, quien desde 1999 incursionó en el género. Su receta consiste en combinar varios asesinatos con un trasfondo de crítica social y política. Así, el asesino en Sobre aves negras, cortes de media luna y lágrimas de sangre (2002) es un experto en hacer cortes de media luna con un cuchillo. El delincuente, apodado ave negra, reivindica sus asesinatos escribiendo con sangre en la pared la leyenda « Lágrimas de sangre ».

  1. 8 Emilia Pereyra, El crimen verde (Novela), Santo Domingo, Buho, 1998, p. 30.

  2. 9 H. J. Manzari y Emilia Pereyra, op. cit., p. 150. 196


Los gestos inútiles de Rey Andújar La vida marginada del delincuente, abandonado a su suerte de niño en Nueva York, y el turbio contexto político explican hasta cierto punto su actitud. Las citas de fragmentos periodísticos sobre delincuentes que encabezan algunos capítulos confirman este vínculo estrecho con la realidad extratextual10. De los comentarios sobre los dos autores queda claro que Andújar no ha podido apoyarse en una sólida tradición en la misma isla. Veamos de más cerca quién es este autor. Rey Andújar Rey Andújar (1977) es un creador inquieto, versátil y errante. Ha vivido en República Dominicana, Curaçao, Puerto Rico y actualmente reside en Chicago. Estudió Literatura Creativa en Baruch College de Nueva York e hizo un doctorado sobre Aída Cartagena Portalatín en la Universidad de Puerto Rico. Es profesor asociado en la Governors State University de Chicago. Forma parte del consejo editorial de la revista de cultura hispánica de Chicago Contratiempo. Es performero y colabora en un laboratorio de investigación independiente donde estudia la Dramaturgia del Cuerpo del Escritor. Es autor de las colecciones de relatos El factor carne (2005), Amoricidio (2007), Saturnario (2011), así como de las novelas El hombre triángulo (2005), Candela (2007), publicada en Alfaguara Santo Domingo, y Los gestos inútiles (2015), ganadora del VI Concurso Latinoamericano y Caribeño de Novela Alba Narrativa. Andújar ha sido guionista de dos documentales que hubieran tenido que salir en el 2020. Uno se llama « Isla de dos Repúblicas ». Está basado en los estudios del historiador dominicano Frank Moya Pons y trata sobre la historia económica y ecológica de Haití y la República Dominicana. El otro documental titulado « El huracán perenne » es sobre migración. Andújar participó asimismo en la preparación de la película inspirada en Candela por Andrés Farías Cintrón, que fue estrenada en octubre de 202111.

  1. 10 Eugenio García Cuevas reivindica a Marcallé Abreu como escritor que tendría que ser difundido a nivel supranacional: « Se trata posiblemente del narrador activo más talentoso y sólido con que cuenta la novela dominicana de las últimas décadas » (op. cit.). En cambio, Néstor Rodríguez lo califica de « dueño de una vasta y estéticamente ínfima obra narrativa » en « Roberto Marcallé Abreu: el escritor y sus fantasmas », Acento, 2 de febrero 2019 https://acento.com.do/2019/opinion/8647779-roberto-marcalle-abreu-escritor-fantasmas/ (consultado el 19 de octubre 2021). Me adheriría más bien a la segunda opinión, ya que la obra presenta bastantes defectos en cuanto a estilo (hasta en la ortografía), elaboración de la trama, creación de personajes de modo trasnochado.

  2. 11 El mismo cineasta ya había hecho un cortometraje titulado Tiznao (2015, 15 minutos), en el que se enfoca en Lubrini, personaje de la novela Candela, y más generalmente en el universo narrativo de Andújar. Remito a la contribución de Nelly Rajaonarivelo en este volumen. 197


Rita De Maeseneer La prosa narrativa de Andújar va poblada de seres atormentados en constante lucha con su propia existencia. En El hombre triángulo el teniente Pérez fue violado por un vecino en su infancia, lo cual influye en su comportamiento sexual, ya que no llega a gozar. Paradójicamente, el teniente, siempre al borde del suicidio, encuentra alguna estabilidad al acercarse al artista loco Baraka. En Candela, la mayor parte del texto indaga en las relaciones torcidas entre varias parejas: la abogada exitosa e hija de padres pudientes, Sera, y el marginado Renato; la prostituta haitiano-dominicana Candela y el escritor loco Lubrini; Lubrini y el manco ex contrabajista Gustaff, el hermano de Renato; Candela y el teniente Imanol Petafunte. Importa el « drama interno en los individuos, envuelto en un tono de seriedad y angustia12 ». Estas tensiones interpersonales se desarrollan en un marco que recuerda los rasgos del policial, ya que la novela se inicia con el suicidio/homicidio de Renato, el amante de Sera, quien lo hirió con un cuchillo después de una sesión de sexo violento. La hemorragia probablemente fue la causa del deceso, pero el cadáver de Renato se encuentra delante del edificio en cuyo quinto piso vive Sera, de modo que existe la posibilidad de clasificarlo como suicidio. Es lo que pasa efectivamente: Imanol Petafunte es sobornado para renunciar a cualquier tipo de investigación más seguida. Este teniente sumamente angustiado es matado de un modo extraño en una redada al final del libro, como una suerte de doble de Renato. Por tanto, los ingredientes del (neo) policial están al servicio de la configuración problemática de los personajes13. Andújar siguió explorando la senda policial en Los gestos inútiles, ya que la narración se desencadena a partir de la muerte/suicidio de Daniel Beltrán, un psicólogo que apoyó a los opositores de Balaguer en los noventa. Andújar explicó que « [e]n general la novela es una manera de darle cariño y cuidado a personajes que en Candela aparecen un poco dispersos14 ». Efectivamente, vuelve el personaje de Lubrini, paciente del psicólogo Daniel Beltrán. Algunos como el médico forense Gideon, que aparece al inicio y al final de Candela, adquieren más protagonismo. Otro personaje importante, Jonás Marthan, ya figura como psiquiatra poco estable

  1. 12 Rita De Maeseneer y Fernanda Bustamante, « Cuerpos heridos en la narrativa de Rita Indiana Hernández, Rey Emmanuel Andújar y Junot Díaz », Revista Iberoamericana, LXXIX, no 243, 2013, p. 410.

  2. 13 Concuerdo con Catherine Pelage quien observa que Andújar se propone escribir una novela policial, pero acaba escribiendo otra cosa (Littératures dominicaines en mouvement, Rennes, Presses Universitaires de Rennes, 2020, p. 167).

  3. 14 Fernanda Bustamante, « Somos islas hechas de infinidad de fronteras. Entrevista a Rey Andújar » Mitologías, 12 de diciembre 2015, p. 284. https://revistes.uab.cat/mitologias/article/view/v12- bustamante (consultado el 19 de octubre 2021). 198


Los gestos inútiles de Rey Andújar en « La carne contraataca », un cuento de Amoricidio (2010) y como el amante común de Samanta y Larianna que se encuentran en « La marcha de los zapotecas » de Saturnalia (2011). Al igual que en Candela, la novela presenta ribetes policiales. En una entrevista Andújar lo justificó de la siguiente manera: Escribo en este género porque soy un escritor aficionado y desorganizado y el policial me reclama cierto orden, ciertas coartadas. Al principio, claro está, se me presentó el problema de la corrupción: cómo escribir novela policial en un ambiente en donde la justicia tiene precio15? Se destacan dos ideas que cabe comentar: el supuesto orden que procura el policial y el problema de la corrupción, típico del neopolicial. El supuesto “orden” del (neo)policial en Los gestos inútiles: pruebas poco fiables, estructura laberíntica, personajes desnortados La novela parece una aplicación muy particular del anhelado orden que impondría el policial. Se puede comprobar tanto a nivel de los hechos como en la forma narrativa y en los personajes. Es cierto que la novela cuenta con un investigador, el teniente Rojo Agramante, que se propone resolver el caso de modo racional: A Rojo no le interesaba el dinero. Le gustaba llegar al fondo de los asuntos. Para él los casos asignados no acordaban con el mundo real, respondían a un desorden matemático que él se complacía en resolver16. No obstante, los superiores del teniente no le permiten efectuar mucha deducción ordenada a partir de los clásicos elementos que pudieran contribuir a encontrar al culpable. Las pruebas clave en cualquier investigación como la ubicación exacta del disparo, las huellas digitales, las llamadas telefónicas no aportan ninguna dilucidación, ya que no pueden ser rastreadas detalladamente. Aunque el médico forense Gideon proporciona información muy detallada sobre el « [o]rificio introito por lado occipital, el derecho. Salida a cuarenta y cinco grados por el diametral izquierdo. Un solo disparo y limpio17 », no se sacan conclusiones para determinar si es suicidio u homicidio. No se investigan mucho las llamadas telefónicas registradas poco antes de la muerte de Beltrán.

  1. 15 Ibidem, p. 287.

  2. 16 Rey Andújar, Los gestos inútiles, Berlín, Cielonaranja, 2016, p. 34.

  3. 17 Ibidem, p. 31. 199


Rita De Maeseneer Los superiores no le permiten ahondar a Rojo Agramante en la constatación paradójica de que hubo una llamada de Jonás Marthan a su padre unos días antes de su muerte, a pesar de que el hijo había declarado que ya no tenían contacto. Tampoco se aclara nada a partir de la información sobre la llamada de Lubrini, cuyo mensaje confuso en el contestador fue escuchado por Beltrán en su carro justo antes del disparo mortal. Se encuentran tres huellas dactilares en el arma. Están las del mismo Daniel Beltrán y las de su secretaria Flavia Irizarry, interrogada muy brevemente, sin que se pueda llegar a pruebas contundentes. No es hasta la última página cuando Rojo, camino a un encarcelamiento de un mes para que se borren todas las huellas posibles del crimen, le revela a su superior Aníbal Tiradentes que encontró en el arma de Beltrán huellas digitales suyas, además de las de Flavia y de Daniel. El enigma no queda resuelto, ya que la muerte es un « cabo suelto18 », según Rojo Agramante. Al nivel de la estructura, la novela es un verdadero rompecabezas, ya que se va saltando constantemente de una figura a otra para elaborar diferentes líneas narrativas que se desarrollan simultáneamente. En un correo de mayo de 2020 el autor comentó que se había inspirado en Letting go de Philip Roth, novela que proporciona asimismo uno de los epígrafes iniciales: « Death upset everything ». Y agregó que había trabajado las escenas como si fuese un guión. La estructuración en cuatro capítulos tampoco aclara mucho. Más bien desorientan sus títulos: « El Neptuno del canal de La Mona/Paradogma/ Axioma/Los gestos inútiles19 ». Es al lector a quien le incumbe encontrar y atar los diferentes hilos narrativos. Por tanto, el acento no está en el criminal ni en el detective o el policía que tendría que resolver el enigma. Rojo Agramante no es el protagonista, sino que se nos presenta a una serie de personajes relacionados de alguna forma con el cadáver: Flavia, Lubrini, Jonás Marthan, Rojo Agramante, Gideon. Le toca al lector armar el puzle y los cambios constantes de línea narrativa requieren una lectura detenida. Otra consecuencia es que no llegamos a una sola verdad por la información parcial y fragmentada que se nos facilita. El desorden se ubica también a nivel de la presentación de los personajes. Más importan estas figuras sumamente desnortadas que la pesquisa sobre las verdaderas circunstancias de la misma muerte. En un recuento cuantitativo20

  1. 18 Ibidem, p. 21.

  2. 19 Cathérine Pelage (op. cit. p. 172) comenta asimismo que estos títulos irónicos despistan.

  3. 20 Apliqué el sistema de voyant tools (https://voyant-tools.org/) a la novela para obtener un

repaso cuantitativo de las palabras. 200

Los gestos inútiles de Rey Andújar vienen en primer lugar los nombres de las figuras centrales como Beltrán, Rojo Agramante y Lubrini. El mismo escritor aclaró que durante mucho tiempo hubiera querido llamar la novela Lubrini21. Martín-Cabrera define a los investigadores del neopolicial como un « melancholic flâneur » y Close habla de « abject posmodern subjects22 ». En la novela de Andújar no solo Rojo Agramante, sino todas las figuras principales se podrían caracterizar de esta manera. Son todos seres rotos, fragmentados y acechados por un trauma no procesado. Muchas veces, la muerte de un ser querido lo ha perturbado todo. Es lo que sugiere también el ya mencionado epígrafe de Philip Roth: « Death uspset everything23 ». Esta reflexión formulada con motivo de la muerte de la madre por Gabe Wallach, el protagonista judío, veterano de la guerra de Corea y profesor de literatura, implica su concientización de que idealizó demasiado a su madre. Gabe se da cuenta del peso innegable de los padres y de la religión judía. Lo mismo ocurre con los demás protagonistas (Paul y Libby Herz, Martha Regenhart) cuyos comportamientos son vanos intentos de soltar (let go) el pasado familiar en esta novela situada parcialmente en el mismo período navideño que Los gestos inútiles. El pasado traumático persigue a muchos personajes. Jonás Marthan, cuya madre murió en un accidente de tráfico, no se lleva bien con su padre y ha huido a Barcelona. Conforme con el interés por el cuerpo y las sensaciones que caracteriza la prosa de Andújar24, el origen de la culpa a raíz del accidente es concretado mediante una oposición entre impresiones dulces en lo olfativo y violentas en lo táctil: La madre buscó al nene con ternura infinita y Jonás confirmó que no era un sueño, allí estaban los ojos mandarina contrastando con la tez trigueña. La brisa trayendo el mar, el perfume de la madre que extiende los brazos preguntándole si quiere venirse con ella al asiento delantero. [...] una camioneta Datsun en

  1. 21 Fernanda Bustamante, op. cit., p. 284.

  2. 22 Luis Martín-Cabrera, Radical Justice. Spain and the Southern Cone Beyond Market and State, Lewisburg, Bucknell University Press, 2011, p. 108. Glen Close, Contemporary Hispanic Crime Fiction. A Transatlantic Discourse on Urban Violence, New York, Palgrave Mac Millan, 2004, p. 9.

  3. 23 Philip Roth, Letting Go, London, Corgi Books, 1962, p. 45.

  4. 24 Remito al capítulo dedicado a Rey Andújar, titulado significativamente « Una poética que celebra el cuerpo y que ve en su vulnerabilidad una opción de transgresión » en Fernanda Bustamante, A ritmo desenfadado. Narrativas dominicanas del nuevo milenio, Santiago-Berlín, Editorial Cuarto Propio-Cielonaranja, 2014, p. 179-209. La importancia de las experiencias sensoriales también es destacada por Catherine Pélage (op. cit., p. 54). Ambas críticas hablan de una poética del cuerpo que a mi modo de ver forma parte de una búsqueda ontológica en el caso de Los gestos inútiles. 201


Rita De Maeseneer bola de humo se estrella contra el Autobianchi desde la puerta del pasajero. La noche queda colgada en un tiritar de vidrio. Por fuera pegoste de pelo, sangre y bahía; por dentro, todo hueso reventado. La culpa acaba de nacer25. Jonás Marthan sale con la mucama de su hotel, Luzmar, una puertorriqueña de Ponce, víctima de abuso y maltrato, lo cual la llevó a hacer un aborto traumático. Daniel Beltrán se fue a Estados Unidos para olvidar su culpabilidad en el accidente que ocasionó la muerte de su esposa. Depositó su fe en los opositores a Balaguer, pero se quedó desencantado de la política en la época postbalaguerista que no llegó a desvincularse de la influencia del presidente anterior. Por eso, es más que significativa su muerte en su carro, aparcado cerca del faro de Colón erigido en 1992, la imagen por excelencia del balaguerato. El teniente Rojo Agramante huye en la bebida para bregar con la situación de su madre que enloqueció después de morir el padre. Lubrini sigue con sus desvaríos de escritor y sus relaciones muy violentas con sus parejas, la dominicana Miky y la puertorriqueña Helfeld. El médico forense Gideon, un alemán que se desvinculó por completo de su familia, fantasea sobre una relación con la puertorriqueña Miralba, quien supuestamente le manda fotos provocadoras, pero resulta que el remitente es probablemente su pareja, Filemón. La indagación en los traumas de personajes alienados marca la poética de Andújar26. Se les podría aplicar uno de los epígrafes al cuarto capítulo del poeta palestino nómada, Mahmoud Darwish, que termina en: « but I am a stranger, always a stranger27 ». Se trata de figuras decepcionadas y lastimadas. Huyen constantemente, son nómadas permanentes, siempre con la maleta en la mano, y no llegan a comunicarse. Se concretiza en las sensaciones que ha privilegiado Andújar: « En cuanto al sensorio, mi escritura se basa en dos sentidos: el gusto y el oído28 ». Lo gustativo se concentra en las palabras café, cerveza(s) y trago(s), que casi tienen la misma ocurrencia (unas treinta y cinco veces cada una). Podemos relacionarlo con el estado de ánimo de los personajes, que toman mucho para olvidar y luego recuperan con café. En lo auditivo, la abundancia de verbos de comunicación como llamar, decir, hablar y de las palabras « teléfono » o « celular » tal vez apunte a este

  1. 25 Rey Andújar, op. cit., p. 57.

  2. 26 Estoy en parte de acuerdo con Catherine Pelage que define la poética de Andújar (y de Rita Indiana) a partir de la idea de la performance que presenta « des visions angoissantes, des personnages désespérés tout en dégageant une force vitale inépuisable, [...] » (ibid., p. 56). No obstante, creo que en el caso de Andújar se enfatiza más la angustia, que es contrarrestada por más ironía y humor en el caso de Rita Indiana.

  3. 27 Rey Andújar, op. cit., p. 107.

  4. 28 Fernanda Bustamante, « Somos islas... », p. 289. 202


Los gestos inútiles de Rey Andújar deseo de establecer contactos y de ser escuchado, pero son conversaciones truncadas y a distancia. La investigación no es sobre un crimen, sino sobre la existencia traumática de cada personaje que se enfrenta constantemente a cortocircuitos. La corrupción y la violencia en Los gestos inútiles El segundo elemento que toca Andújar, a saber « cómo escribir una novela policial en un ambiente donde la justicia tiene precio », tiene que ver con la corrupción y el contexto político-social. Como ya he señalado, el teniente Rojo Agramante sospecha que puede tratarse de un homicidio y no de un suicidio, pero tiene órdenes desde arriba para cerrar el caso. Daniel habría estado al tanto de la matanza de unos colombianos en la isla por problemas de narcotráfico en la que estaría implicada la Marina. Ha habido crimen, pero no se llega a la verdad y no hay justicia. Es conforme con lo que caracteriza el neopolicial: « No es importante encontrar al culpable, sino que se trata de “una trama que desentraña la oscura realidad de unas sociedades dominadas por la corrupción generalizada y que destapa la crueldad de la vida urbana”29 ». Este entorno urbano propicia un contexto de desigualdad en el que se exacerba la difícil convivencia entre un mundo neoliberal de abundancia y la precariedad de la economía informal: [Jonás] Huyó de Santo Domingo no tanto para alejar la herida [del accidente y de la muerte], quizás el asunto era irse por un tiempo largo a otra realidad y al retorno, mirar esta ciudad con ojos de turista. Pero traicionan los sentidos y dentro del vehículo, por más acondicionado que se esté, el cuerpo siente el calor colarse por cualquier brecha, se suda como el muchacho que afuera ofrece las jaguas, como la haitiana que arrastra los catorce negros que batallan en el regazo, que le cuelgan de los pezones; hay un ciego evangélico, una vieja vendiendo bienmesabe. Todos con un celular en el cinto esperando una llamada para resolver30. Nadie sale incólume en un contexto donde el estado ya no es garantía de justicia y domina la violencia. Esta violencia se ubica tanto en la esfera pública como en la privada. Si se quisiera seguir a Zizek31, se podría afirmar que se entretejen la violencia subjetiva, sistémica y simbólica. Como ejemplo de la violencia sistémica (del estado), ya he comentado la corrupción. La violencia subjetiva, la que se

  1. 29 Paula García Talaván, « La novela neopolicial latinoamericana », Cuadernos Americanos, 148, no 2, 2014, p. 75.

  2. 30 Rey Andújar, op. cit., p. 30.

  3. 31 Slavoj Zizek, Violence. Six Sideways Reflections, London, Profile Books, 2009. 203


Rita De Maeseneer puede atribuir a un ser concreto, se manifiesta en la constante mención de robo en las casas (de Helfeld, de Flavia), en los carros (de Gideon) y en el atraco a Beltrán, cuando se encuentra en un barrio marginado. Se ilustra de modo patente en las relaciones de Lubrini: maltrata a sus parejas y también se inflige a sí mismo una violencia por el alcohol, como forma de violencia auto-administrada: « Confesé [a Beltrán] que la bebida me cogía con violencia... [...]. Cerraba los ojos y me veía con un montón de puñales clavándome, luego pensé que eran tiburones y ahí la cosa se puso seria32 ». Un ejemplo de violencia simbólica, la que está más soterrada y presente en discursos, se puede deducir de la manera como se evoca a las mujeres, más particularmente a Miralba y Luzmar. Ambas son descritas del mismo modo, como las típicas mulatas voluptuosas, respectivamente por Gideon, el alemán, y por Jonás, que es como turista en su propio país. Su mirada desde fuera reproduce un discurso colonial y hegemónico sobre el pornotropicsque representaría la República Dominicana en el sentido de McClintock: [...] a construct of European imperial expansion in which places such as Africa and the Americas were figured in European lore as libidinously eroticized and became a fantastic magic lantern of the mind onto which Europe projected its forbidden sexual desires and fears33. Desde el punto de vista del género, esta visión de pornotropics engendra un discurso humillante respecto a la mujer vista como objeto codiciable. La novela dialoga por tanto con los temas que se suelen tocar en el neopolicial, la corrupción y el neoliberalismo, y va más lejos al enfatizar las diferentes modalidades de la violencia. Conclusión En su estudio sobre Castellanos Moya, Doris Wieser propone una serie de preguntas para interpretar las novelas negrocriminales: (1) ¿Cómo se investiga? ¿Llega la averiguación a un resultado final? (2) ¿Se presenta el crimen como una aberración individual o como síntoma social? (3) ¿Se establece una clara división entre personajes con atributos positivos (representantes del Estado) y personajes que delinquen34?

  1. 32 Rey Andújar, op. cit., p. 46.

  2. 33 Anne McClintock, Imperial Leather. Race, Gender and Sexuality in the Colonial Conquest, New York, Routledge, 1995, p. 22.

  3. 34 Doris Wieser, « Whodunit e intratextualidad en La diabla en el espejo y El arma en el hombre de Horacio Castellanos Moya », Brigitte Adriaensen, Valeria Grinberg Pla (eds.), Narrativas del crimen en América Latina. Transformaciones y transculturaciones del policial, Berlin, LIT, 2012, p. 204. 204


Los gestos inútiles de Rey Andújar En el caso de Andújar, no podemos responder ninguna pregunta de modo claro, incluso podríamos acudir a un « no sabe/no contesta ». Lo policial sirve de soporte narrativo y de marco que permite dar cierta coherencia al relato. Andújar dialoga con el policial y el neopolicial (la nueva novela negra) latinoamericanos, pero no indaga en la cuestión ética que implica un crimen en el neopolicial. Pyrhönen advierte que si el mundo del crimen es un « moral wasteland35 », o bien el investigador busca su propia definición de moral y justicia, adhiere a un código personal para resolver el crimen, adoptando el rol de juez. Otra opción es que el mismo investigador dude y se interrogue sobre los parámetros del bien y del mal. Andújar no explicita esta vertiente ética, más bien se produce un repliegue total en las cuitas de cada personaje (no solo del investigador Rojo Agramante), marcado por un trauma personal. Este trauma personal va completado y complejizado por un desencanto político en el caso de Beltrán. En este sentido tildaría la novela de Andújar más bien de antipolicial, término que Rodríguez Franklin relaciona con el énfasis en lo ontológico y la incertidumbre, basándose en The Doomed Detective de Stefano Tani: The prefix « anti », [...], point[s] to the way in which postmodern authors have reconciled the postmodern lack of conclusiveness, closure and ontological certainties with a literary model that traditionally relies on the restoration of order and rational explanation of reality. The « anti » emphasizes distortion of the detective formula without rejecting or negating it in order to shift its emphasis from epistemological concerns (whodunit) to ontological ones (the riddle of being and the mystery of identity)36. De ahí también el escepticismo del título, tal como lo advierte Pélage: « Le titre de son roman Los gestos inútiles reflète un certain scepticisme visible dans les trajectoires de ses personnages et le regard qu’il pose sur son propre geste créatif37 ». El título de la novela, Los gestos inútiles, más allá de la inutilidad de la pesquisa policial, puede ubicarse asimismo a nivel político (el desencanto de Beltrán), tal como lo sugiere López: « Los gestos de la política, son, en realidad los gestos “inútiles” que, como la vida del doctor Beltrán se pierden junto al

  1. 35 Heta Pyrhönen, Murder from an Academic Angle. An Introduction to the Study of the Detective Narrative, Columbia, Camden House, 1994, p. 60.

  2. 36 Franklin Rodríguez, « The Bind Between Neopolicial and Antipolicial: The Exposure of Reality in Post 1980s Latin American Detective Fiction » Ciberletras, no 15, July de 2006, http:// www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v15/rodriguezf.html (consultado el 19 de octubre de 2021).

37 Catherine Pélage, op. cit., p. 176. 205

Rita De Maeseneer idealismo político de la República Dominicana post-balaguerista38 ». Desde un enfoque económico, remite al sistema postfordista cuyo objetivo siempre ha sido hiperracionalizar y rentabilizar al máximo, eliminando los gestos inútiles en la cadena de producción. Hoy en día esto se perpetúa en un neoliberalismo salvaje que recalca las diferencias socio-económicas, sobre todo en los países menos desarrollados. Desde el ángulo de su poética, el mismo Andújar reveló su fuente de inspiración: « Leí mucho a Bolaño durante ese tiempo, el Bolaño de Amberes, de cuentos y otras cosas breves. En el texto de introducción de la novela dice algo sobre los gestos inútiles. Eso me resolvió el capítulo final de la novela y decidí cambiarle el nombre39 ». En la introducción que escribió Bolaño en 2002 para la publicación de Amberes, aclara el doble desprecio que hacia 1980 le provocaban casi por igual la « literatura oficial » y la « literatura marginal » y agrega: « Pero creía en la literatura: es decir no creía ni en el arribismo ni en el oportunismo ni en los murmullos cortesanos. Sí en los gestos inútiles, sí en el destino. Aún no tenía hijos. Aún leía más poesía que prosa40 ». Bolaño se refería a una literatura sin fines comerciales defendiendo su poética como gesto inútil. Andújar recurre también a este sintagma como base de su poética que consiste en escribir para hurgar en la parte oscura de cada uno a partir de los cuerpos, tal vez como otro gesto inútil. Por tanto, la novela de Andújar no gira alrededor de una cuestión ética (¿se puede matar?) o política (¿la sociedad tiene la culpa de la criminalidad41?), sino que constituye sobre todo un cuestionamiento ético-ontológico (¿qué es un individuo? ¿Qué es vivir y morir?) y poético (¿qué es escribir?). Son preguntas de ayer, de hoy y de mañana.

  1. 38 Magdalena López, « Los gestos inútiles de Rey Andújar », Un libro al día, 23 de diciembre de 2016 http://unlibroaldia.blogspot.com/2016/12/colaboracion-los-gestos-inutiles-de-rey. html (consultado el 19 de octubre 2021).

  2. 39 Fernanda Bustamante, « Somos islas... », p. 285.

  3. 40 Roberto Bolaño, Amberes, Barcelona, Anagrama, 2002, p. 10.

  4. 41 Véase Rosi Song H., « En torno al género negro: ¿la disolución de una conciencia ética o la recuperación de un nuevo compromiso político? », Revista Iberoamericana, 76, no 231, 2010, p. 459-475.



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