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Lanzamos al mercado la segunda edición de Luis Marimón

A pesar de la escasísima difusión de su obra, Marimón ha devenido poeta de culto para casi todo el que se acerca a su obra. Sus cuadernos inéditos han sido copiados, reproducidos, recomendados, atesorados, robados… Las nuevas promociones de poetas de Matanzas –quizás los únicos que han tenido acceso a su obra–, reconocen su marcada influencia. Como todo poeta maldito, hacía mucho tiempo que frecuentaba bares y tugurios con Li Po, Villón, Baudelaire, Kavafis o Bukowski, cuando decidió montarse en el barco ebrio con Rimbaud y hacerse a la mar. Algún amigo recuerda que confesó: "Si me voy de Cuba, me muero". Solo un año después murió ebrio, anónimo, en ese barco que se llama Las Vegas, entre extraños, en circunstancias poco conocidas. Dicen que sanitarios públicos lo incineraron. Nadie conoce dónde descansan sus restos. Algunos aseveran que esta es otra de sus tantas bromas, que algún día lo veremos regresar del Valle, o atravesar el Parque de la Libertad de su amada ciudad de Matanzas, o remar por su río Yumurí, contra la corriente.

Para los amantes de la poesía, este libro es un manjar literario.


Disponible en sus plataformas favoritas y en www.lapereza.net




Miriam

En los páramos donde alguna vez florecieron Babilonia, Nínive y Nipur,

los arqueólogos han desenterrado tablillas de barro cocidas por el sol de aquel tiempo.

Inscripciones que los eruditos han traducido resultando en muchos casos ser juramentos y cartas de amor... Yo quería decirte, Miriam,

que el nombre de esta ciudad, es sangriento,

que ninguna ha tenido un nombre más perverso.

Es posible, cuando hayan pasado cien o hasta un número incontable de años,

de esto que hoy ves

no quede otra cosa que algunas estatuas, escombros,

ratas que se adaptarán a la destrucción y comerán arena.

Pero esta noche es bella y pasa mucha gente.

Déjalos continuar su camino.

Esos rostros nunca se volverán a este animal extraño que corre y llama por sus nombres a los desconocidos.

Tú también partirás y no veré ya más tus ojos de asustada bestezuela.

Quien piensa en el futuro no está muerto.

Cuando hayan transcurrido mil o un millón de años,

es posible que vuelvas

y es posible también

sólo encuentres esa niebla misteriosa y azul que sube todas las madrugadas desde el mar y cubre las casas y los toros.

Busca bien y no olvides que tú fuiste mi río,

mi río amado al que me lanzaba desnudo sin importarme la vida ni la muerte.

Busca bajo los antiguos ladrillos,

en las hojas de hierba,

entre las escamas de los reptiles,

que en algún lugar

yo habré dejado para ti, para tí sola, una carta de amor...

-Luis Marimón




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