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El autor mexicano Luis Felipe Lomelí, que presenta el viernes en Miami la reedición de “Ella sigue d


El autor mexicano Luis Felipe Lomelí, que presenta el viernes en Miami la reedición de “Ella sigue de viaje”, libro que incluye “El emigrante”, uno de los relatos más breves de la lengua española, de solo cuatro palabras pero rebosante de significado, prefiere el cuento a la novela porque es “más lúdico”.

“-¿Olvida usted algo?”, pregunta uno de los protagonistas del cuento de Lomelí, a lo que el otro responde: “Ojalá”.

El autor mexicano Luis Felipe Lomelí, que presenta el viernes en Miami la reedición de “Ella sigue de viaje”. (Foto de twitter)

Lomelí, que desde hace un año reside en Kansas junto a su esposa, que realiza su doctorado en una universidad de ese estado, muestra en una entrevista su satisfacción por ver publicado en Estados Unidos (La Pereza Ediciones) un libro que vio la luz en México hace 13 años de la mano de la española Tusquets.

El escritor reunió en este volumen una colección de historias sobre relaciones de pareja que además están vinculadas con la acción de irse, de migrar, en un sentido mucho más amplio que el de cruzar fronteras.

Sus cuentos recorren prácticamente todo el continente americano, desde la Patagonia argentina hasta Nueva York, pasando por Chile, Colombia y Cuba, como él mismo hizo, y “El emigrante” es como una premisa de las demás historias.

Cuando revisó el libro para la reedición se dio cuenta de que en 2005 “poco se hablaba” en América Latina de muchos de los temas presentes en los relatos, como la violencia de género, el acoso o la masculinidad, al contrario que ahora.

Para Lomelí sería “maravilloso” que los problemas que aparecen en estos relatos hubieran desaparecido con el paso del tiempo en América Latina, pero no ha sido así en líneas generales. “Seguimos siendo bastante machistas”, dice.

Donde sí se notan los 13 años transcurridos entre la publicación y la reedición es en las referencias a la tecnología, señala. No hay teléfonos inteligentes y aparece una “handycam” que algunos de los nuevos lectores no sabrán qué es.

Lomelí tiene una predilección por los cuentos, aunque también ha escrito novelas y ensayos como “Estética de la penuria”, con el que hace un mes ganó el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2018.

Por “El cielo de Neuquén”, incluido en “Ella sigue de viaje”, fue galardonado con el Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés y además en 2017 obtuvo el premio Gilberto Owen de cuento por “Perorata”, que reúne historias sobre como los mexicanos han aprendido a convivir o malvivir con la violencia.

“Me gusta más el cuento, es más lúdico, más divertido. Va a lo que va y al lector le queda la tarea de seguir pensando qué pasó”, explica sobre su género preferido.

Lomelí señala que en lo que se refiere al cuento ha habido un “desfase editorial” entre España y América Latina.

Durante el “boom” literario latinoamericano el cuento tuvo un espacio privilegiado en su región, pero lo perdió con la desaparición de las editoriales independientes a raíz de las dictaduras militares.

En España pasó lo contrario. El cuento cobró auge después del franquismo cuando aparecen editoriales independientes. “Hoy en día para un latinoamericano es más fácil publicar cuentos en España” que en América Latina, subraya.

Sobre “El emigrante”, que le quitó a “El Dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso el título del cuento más breve en español pero a su vez fue luego desbancado por otros relatos, dice que “navega solo” y que le gusta que sea reproducido o contado sin dar crédito a su autoría.

Es una “ocurrencia” en el sentido literal de la palabra, dice, porque “algo ocurre”. Quería contar las alegrías y tristezas de migrar y la idea le surgió de ver “letreritos” en sus viajes en los que se le recordaba a la gente que no olvidara sus pertenencias en sitios públicos o turísticos.

Lo más difícil fue dar con el título. Llegó a barajar hasta 300, dice Lomelí, quien subraya que el microrrelato no puede verse como un “chiste” o una “ocurrencia”, en el sentido de algo poco pensado, sino como algo vinculado a la filosofía y a una tradición milenaria.

Como dijo el artista chino Ai Weiwei, Confucio hubiera sido un gran tuitero, pues sus máximas son de pocas palabras, subraya Lomelí, quien este viernes presentará “Ella sigue de viaje” en el Instituto Cultural de México en Miami. EFE



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